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La necesidad imperiosa de observar

En los últimos meses en Recúbica\ hemos tenido que adaptar drásticamente nuestros servicios para responder a lo que estaba ocurriendo. Hemos pasado de proyectos exploratorios y estrategias a medio plazo para nuestros clientes a solucionar las necesidades más acuciantes e intentar definir estrategias más preparadas para lo que pueda llegar.

Dentro de nuestra propuesta de valor habíamos incluido ya desde el año pasado un servicio para ayudar a nuestros clientes a crear su propio observatorio y, como es lógico, ahora mismo es lo que más nos están demandando todas las organizaciones con las que estamos trabajando. Un buen ejemplo es el EATER\Lab que acabamos de lanzar y el informe sobre las claves para la alta cocina post Covid-19.

Es por tanto un buen momento para reflexionar y compartir qué significa para nosotros ese Observatorio, qué valor aporta a las organizaciones y cómo nos enfrentamos a esta nueva necesidad de inteligencia de negocio.

Es evidente para todos que se ha instalado en nuestro día a día la necesidad de informarnos para poder tomar decisiones, hemos sido más conscientes que nunca que disponer de datos objetivos e información lo más actualizada posible es una necesidad para enfrentarnos a la incertidumbre. Sin embargo sentimos que tenemos poca información para tomarlas, pues muchas de las cuestiones que solemos dar por sentadas ya no son ciertas y no existen fuentes fiables de respuestas a nuestros problemas.

Lo cierto es que una de las frases más repetidas en todos los artículos y textos que se están escribiendo este año es esta: «Son tiempos de incertidumbre y de mirar al futuro». Todos nosotros, tanto en el trabajo como en nuestra vida personal, nos hemos encontrado de repente sometidos a una serie de «fuerzas de la naturaleza» a las que estamos muchas veces intentando dar un sentido que no tienen y que además tenemos la sensación de no poder controlar.

Estamos solucionando muchos problemas a corto plazo, de manera reactiva, pues es lo único que sentimos que podemos controlar. Pero ¿cómo enfrentarnos a los problemas que vendrán, muchos de los cuales ni siquiera conocemos aún? La respuesta a esa pregunta tan compleja tiene muchos factores que afectan a toda la organización. Pero uno de esos factores será imprescindible y la base de todos los demás: las empresas deben empezar a observar adecuadamente su entono. Podríamos hablar incluso de la necesidad de crear un nuevo departamento: el Observatorio.

La RAE nos ofrece estos significados de la palabra «Observar»:

1. tr. Examinar atentamente. Observar los síntomas de una enfermedad. Observar el movimiento de los astros.

4. tr. Mirar con atención y recato, atisbar.

Esta acción, tal como debemos aplicarla en la organización, debe ser constante, debe incluir un modelo de escucha continua y de procesado de esa información para convertirla en conocimiento en tiempo real para toda la organización.

Es cierto que en los últimos años y de manera más importante en los últimos meses han surgido observatorios en diferentes contextos, con la vocación de aportar ese conocimiento y claves de lo que nos depara el futuro. Sin embargo se plantean de manera limitada, por diferentes motivos:

  • En muchas ocasiones se confunde la herramienta con la información generada: un informe, una presentación o un artículo de opinión. Ese tipo de elementos son algunos de los activos que se pueden generar a partir de la observación, pero no cubren más que una pequeña parte.
  • En otras ocasiones se identifica al observatorio con el canal con el que se comunica: la web, una newsletter, una oficina. La observación debe incluir un modelo de comunicación para trasladar el conocimiento de la manera más adecuada a todas las partes interesadas, pero el canal no es más que una parte de todo ello.
  • Ocasionalmente se identifica al observatorio con el grupo de personas que hacen investigación. Son probablemente el factor más importante, pero alrededor de ellas debe existir una metodología y herramientas para llevarla a cabo.

Por eso un Observatorio no es (sólo) una web, ni un documento, ni un evento, ni una reunión de personas. Si utilizamos el ya tradicional modelo Personas + Procesos + Tecnología, un Observatorio debe incluir todas esas áreas y debe definirse de acuerdo a ellas y a las organizaciones en las que se encuadra. Debe convertirse en un área más de las organizaciones, vinculada al resto de áreas de manera clara y directa.

Estos meses hemos afinado el diseño de nuestro servicio de Observatorio para adaptarse más aún al contexto que estamos viviendo. Si crees que en vuestra organización tenéis la necesidad de disponer de una inteligencia de negocio adaptada a la nueva normalidad no dudes en escribirnos y contarnos vuestro caso.



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    Fitness en casa

    La salud y el deporte se han convertido en una de las cuestiones que más preocupan a la sociedad actual. Durante el confinamiento, muchos de nosotros hemos echado de menos una bicicleta estática o el simple hecho de caminar y es que el ser humano está diseñado, por naturaleza, para moverse. 

    La ausencia de actividad física puede tener consecuencias fisiológicas y clínicas devastadoras y nos afecta tanto a nivel físico como mental. El ejercicio, además de ayudarnos a liberar serotonina (una de las hormonas de la felicidad), es medicina: está directamente relacionado con una mejora del sistema inmune. Es por ello que la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo reconoce como uno de los pilares fundamentales en la lucha contra la COVID-19 y recomienda al menos 30 minutos de ejercicio diario. 

    No es de extrañar que las búsquedas en Google sobre la práctica de ejercicio en casa se hayan disparado desde el 15 de marzo en España. De nuevo, la tecnología ha jugado aquí un papel protagonista. No solamente porque democratiza el ejercicio: da igual tu edad, raza, localización, sexo, etc., si no también porque ofrece material gratuito para todos los gustos, niveles y grupos musculares. En muchas ocasiones ni siquiera necesitas material. 

    Amén de las rutinas de entrenamiento que encontramos en YouTube, el confinamiento ha hecho que muchas empresas de fitness online hayan ofrecido sus entrenamientos via App de forma gratuita: entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT), yoga, aerobic, pilates, etc. En las redes sociales encontramos profesionales o empresas como Nike que nos invitan a clases virtuales en grupo o influencers que nos lanzan “challenges” desde Instagram; incluso los gimnasios se han unido al formato online, llevándonos a casa clases que anteriormente practicamos en sus salas. 

    Parece que IKEA lo vio venir ya en 2019 e hizo planes con Adidas para convertir nuestro hogar en un gimnasio: código abierto, innovación y diseño asequible para que podamos entrenar de forma cómoda en casa. Y es que IKEA sabe que la transformación digital es esencial para mantenerse relevante. 

    ¿Y qué hay de los gimnasios y centros deportivos? Puesto que han tenido que cerrar sus puertas, una de las grandes cuestiones a las que se enfrenta el sector es saber cómo les afectará esta crisis, ya que, aunque a medio plazo se pueda volver a la “normalidad”, es complicado saber si nuestros hábitos y relación con el ejercicio van a cambiar: ¿cambiaremos los gimnasios por nuestros salones? ¿preferiremos el aire libre a un recinto cerrado? ¿nos acomodaremos al formato online? Son sobre todo aquellos centros cuyo modelo se basa en el volumen de clientes, como Go fit, los que más esfuerzo tendrán que hacer por diversificar su cartera. 

    Es por todo lo anterior que nos parece interesante analizar, desde el punto de vista tecnológico, algunas tendencias relacionadas con el deporte en casa: 

    Wearables e Internet de las Cosas: la utilización de dispositivos con sensorización de diferente tipo (pulseras, relojes, ciclocomputadores, GPS, etc.) se ha extendido de manera exponencial en los últimos años y su tendencia va en aumento. Estos dispositivos permiten a los usuarios conocer más sobre su rendimiento, planificar entrenamientos por intervalos, conectar y competir con otros usuarios, etc. Además, se pueden integrar en múltiples contextos con aplicaciones, para proporcionar experiencias de entrenamiento más completas. 

    No solamente eso, sino que en el contexto actual de la COVID-19, los científicos están estudiando cómo este tipo de dispositivos pueden ayudarnos a la detección precoz de enfermedades.

    Puesto que ya hay empresas como Punto Seguro que te recompensan en función de los pasos que das al día, será interesante explorar cómo sectores como el de la salud, el financiero o el energético pueden aprovechar estos ingredientes en el diseño de sus estrategias de cliente. 

    Entrenamiento en grupo: con el auge de plataformas y comunidades deportivas se ha popularizado la creación de grupos de entrenamiento, en los que se establecen dinámicas gamificadas y planes conjuntos, coordinados a través de canales web y móvil, y que refuerzan la adherencia y el aprovechamiento de los entrenamientos.

    Empresas como Peloton han combinado exitosamente el hardware (un bicicleta y/o una cinta de correr) y el software para permitirnos competir contra rivales de todo el mundo, entrenar en grupo, participar en campeonatos y ligas virtuales, interactuar en tiempo real con otros usuarios, etc. Además, se adaptan al nivel del usuario y a sus objetivos, permite ganar recompensas en base a los logros, ofrece la posibilidad de realizar compras y ayuda a diseñar entrenamientos. Todo esto sin movernos del salón. 

    La comunidad online es, sin duda, un modelo que se irá consolidando y sofisticando con el tiempo, tanto para usuarios de a pie como para deportistas de élite. 

    Entrenamiento personal online: entre los entrenadores personales se ha extendido el uso de aplicaciones digitales tales como virtualgym, que les permite guiar, de forma virtual, a sus clientes. Estas aplicaciones les ayudan a diseñar rutinas de entrenamiento y nutrición, gestionar reservas, analizar los datos generados para hacer previsiones y tomar mejores decisiones, motivar a los clientes con recompensas, gestionar los pagos, etc. En definitiva, las herramientas digitales les permiten a adaptarse a las nuevas necesidades del mercado. 

    Es probable que plataformas como Youtube, Twitch, Instagram o Facebook aprovechen este escenario y exploren esta tendencia, así como cualquier otro tipo actividad que tradicionalmente se haya practicado meramente de forma presencial.  

    Inteligencia Artificial (IA): la IA está permitiendo desarrollar sistemas de fitness inteligente que combinan el reconocimiento de imagen, machine learning y sensores de movimiento, permitiendo que la tecnología compita y/o complemente a los entrenadores personales. 

    Si no disponemos de un gran presupuesto, podemos optar por GymFitty o Yoganotch, que combinan los wearables con una sencilla app, pero si tenemos posibilidad de invertir en algo más sofisticado, Tonal, “el pelotón del entrenamiento de fuerza”, combina machine learning y tecnología de resistencia a través de una pantalla LED interactiva, acondicionada con accesorios inteligentes y cargas digitales, que se acopla a la pared y nos conecta con un entrenador personal integrado que nos guía a través de más de 200 ejercicios. Los usuarios pueden ajustar su entrenamiento en tiempo real según sus preferencias.

    La IA se va a convertir en un complemento imprescindible para el fitness en los próximos años ya que nos permite personalizar las rutinas de entrenamiento, hacerlas más eficientes, aprovechar la generación de datos, sofisticar metodología, etc. Pero, sobre todo, por tratarse de una tendencia horizontal que va a dotar de inteligencia a todas las demás. 

    Voz: la incorporación de interfaces de voz a nuestros dispositivos actuales, así como la aparición de nuevos dispositivos de hogar con agentes inteligentes abren nuevas oportunidades para las aplicaciones y sistemas de entrenamiento. Desde sesiones guiadas, a la interacción por voz de las aplicaciones, permiten incorporar nuevas funcionalidades y hacer más sencillas las actuales. 

    Al igual que los wearables que veíamos al principio, esta tecnología también nos ayuda en la lucha contra el COVID-19 ya que, al activar distintas opciones por voz, evitamos posibles contagios al no tener que entrar en contacto con superficies (pantallas, teclados, dispositivos, etc.)

    Como usuarios estamos cambiando nuestra relación con el mundo físico, por lo que la voz se adivina como uno de los factores de cambio en muchos ámbitos. Es muy probable que veamos un fuerte crecimiento de interfaces de voz en el deporte.

    Gamificación: aunque la gamificación en el fitness no es algo nuevo, el confinamiento ha hecho que redescubramos esta modalidad. Esta tendencia ha sabido actualizarse con el tiempo y no solamente los accesorios que se incluyen con los juegos responden mucho mejor a los movimientos reales del jugador, como es el caso de MEET RING-CON™, donde Nintendo combina la consola Switch con un aro de fitness y una cinta para la pierna, sino que además se crean nuevas tramas y ofrecen solución a problemas que antes no se consideraban, como la incorporación de un “modo silencioso” o el diseño de rutinas de mano de profesionales que nos permitan ejercitar todo nuestro cuerpo mientras nos mantiene motivados.

    Es muy posible que estos sistemas evolucionen y se sofistiquen, vinculándose en el a sistemas de tokens basados en blockchain e incluso integrados con medios de pago.

    Realidad virtual y aumentada: Aunque los dispositivos de realidad virtual y aumentada aún están en proceso de consolidación, todo apunta a que se extenderán en los hogares en los próximos 4-5 años. El deporte es uno de los sectores donde se está explorando su uso para aportar experiencias extendidas y más realistas. La actual situación de confinamiento y los posibles escenarios de salida posiblemente impulsen el desarrollo de nuevos entornos de realidad mixta en el ámbito deportivo.

    No cabe duda de que la COVID-19 está acelerando y mutando las líneas de evolución del sector. El usuario está cambiando de hábitos, quién sabe si de manera permanente. Los gimnasios tal como los conocemos puede que tarden mucho en volver, si es que vuelven. El uso de datos cada vez está más extendido. Por tanto, para ser capaces de repensar el sector y aprovechar las nuevas oportunidades que irán apareciendo será crítico monitorizar estos cambios y adaptarnos a medida que la necesidad nos exija un cambio. 

    Este momento puede significar la desaparición de muchas empresas si no son capaces de iniciar un proceso proactivo para adaptarse e, incluso, anticiparse al cambio.

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    Encuesta para #estamosabiertos

    Como ya hemos contado anteriormente, durante las primeras semanas de marzo desde Recúbica\ nos unimos a la iniciativa #EstamosAbiertos, que en ese momento nacía para ayudar al pequeño comercio y la restauración durante el periodo de confinamiento a recibir apoyo económico de sus clientes y fans a través de bonos y reservas anticipadas a disfrutar cuando pudieran reabrir.

    Durante este tiempo se han interesado por la iniciativa muchos comercios, restaurantes y bares, a los que hemos intentado trasladar las mejores opciones para que lo hicieran, de entre todas las campañas que hemos ido recibiendo.

    Dado que todo apunta a que los próximos meses se presentan complicados para este tipo de negocios, hemos decidido hacer evolucionar estamosabiertos.com para seguir ofreciendo, siempre sin ningún ánimo de lucro, ideas, soluciones y datos a este colectivo nacional tan expuesto y necesitado de una visión innovadora.

    Por ello hemos lanzado una nueva encuesta, que nos sirve para preguntar directamente qué necesidades tienen las empresas que puedan estar interesadas en esta iniciativa. Esto nos permitirá por un lado planificar qué recursos y servicios ir incorporando y a la vez nos permitirá ofrecer al colectivo un documento que recogerá los resultados de la encuesta y recomendaciones para afrontar el futuro.

    Os pedimos por tanto que, si estáis interesados, os paséis por ella y nos dejéis vuestras opiniones, necesidades e ideas. Os pedimos también que lo compartáis para que pueda llegar a quien le sea de interés.

    Podéis acceder a la encuesta a través de este enlace:

    https://es.surveymonkey.com/r/estamosabiertos

    Os damos las gracias una vez más por el apoyo y la ayuda a esta iniciativa que esperamos que aporte un valor real al pequeño comercio español.

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    El impacto de la COVID-19 en la arquitectura

    Tal y como expusimos recientemente en este artículo publicado en Yorokobu sobre cómo cambiará la pandemia la vida dentro de nuestras casas, nos atrevemos a decir, casi con total seguridad, que nuestros valores y hábitos van a cambiar a raíz de la crisis generada por la enfermedad COVID-19. Una de las áreas en donde ese cambio se irá haciendo visible más pronto y que, por lo tanto, requiere una reflexión importante, es la arquitectura: cómo habitamos, cómo nos movemos, cómo convivimos. 

    A lo largo de la historia, enfermedades como el cólera, la fiebre tifoidea y amarilla, la viruela, etc. dieron lugar a la implementación y mejora de las redes de agua potable, drenaje así como a nuevas  políticas públicas y de vivienda. La gestión del agua y de los residuos ayudaron a rehacer las ciudades. La higiene era y es uno de los pilares sobre los que se asienta la lucha contra cualquier epidemia.

    La tuberculosis y el brote del SARS en 2004 nos recordaron la importancia de la ventilación, no solamente por su relación con el control de la humedad en los edificios, sino también porque el aumento del flujo de aire tiene un impacto real sobre nuestro sistema inmune y niveles de serotonina. Las ventanas y su disposición demostraron ser relevantes. Ahora, con la COVID-19, este tema se reaviva y tanto el uso de los sistemas de A/C como de ventilación natural pasan a ser una parte fundamental sobre cómo pensamos, utilizamos y proyectamos los espacios; ya sean viviendas, hospitales, edificios de oficinas o centros comerciales.

    Asimismo, en el contexto actual de confinamiento, estamos descubriendo la relación que tiene el espacio que habitamos con nuestro bienestar y la salud. Por ejemplo, el aumento del teletrabajo hará que queramos disponer de espacios más cómodos y abiertos en nuestras casas, usaremos textiles más livianos que dejen entrar más aire y luz solar y que además sean fáciles de limpiar. Es hora de deshacernos de todo lo que pueda albergar suciedad, polvo y gérmenes. Pero no sólo cambiará el espacio, cambian también los muebles y la decoración; colores más amables, mesas más anchas, comodidad, mobiliario modular y cinético, materiales adaptados a recomendaciones sanitarias, etc. 

    Priorizaremos la practicidad y la innovación sostenible, lo cual obligará a replantearnos muchos productos y soluciones que habitan nuestras casas, así como nuevas necesidades aún no cubiertas. Las organizaciones están obligadas a replantear sus propuestas en base a estos cambios.

    Otra de las tendencias que se prevé es el neorruralismo, es decir, que muchos de nosotros empezaremos a deslocalizar nuestras “oficinas” y migraremos a un entorno menos urbano con más sol y más asequible. Puede ser una oportunidad para incorporar a la reciente preocupación que ha surgido por la denominada “España vaciada”. 

    Con la COVID-19 muchos estamos también descubriendo la importancia del fitness dentro de casa. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el ejercicio no solamente para mantenernos en forma durante el estado de alarma, sino también para mantener el equilibrio emocional y dormir mejor. Se está viviendo ya una tendencia al alza de equipamiento deportivo en las casas, que deberán hacer espacio a actividades que antes se hacían al aire libre o en gimnasios. Aún en un futuro desconfinado es muy probable que esta tendencia se consolide como hábito de muchas personas.

    La tecnología va a ser nuestra gran aliada, y nos atrevemos a decir que la infraestructura digital significa hoy en día lo que la sanitaria significó para el control de las epidemias en el siglo XIX.

    La realidad es que gracias a la creciente digitalización de la vida en los últimos años y a la conectividad cada vez más potente y amplia, la tecnología se encuentra en el centro de muchas de las soluciones e ideas generadas para luchar contra esta pandemia. A estas alturas probablemente hayamos oído hablar del 5G, el Big data & Analytics, la Inteligencia Artificial (IA) o el Internet de las Cosas (IoT), entre otros. Todas ellas son elementos imprescindibles en las soluciones del hoy, pero también y, sobre todo, de nuestro mañana. Sin duda, la pandemia está acelerando la digitalización en nuestras ciudades, casas y nuestra logística diaria.

    Estas tecnologías hacen que nuestras ciudades y edificios sean más inteligentes y que podamos, por ejemplo, diseñar e implantar sensores que mantengan un apropiado flujo de aire en nuestro edificios, que dispongamos de recibidores con medidores de temperatura o incluso alguna forma de desinfección UV. Que podamos conectar nuestras aplicaciones de salud con los servicios médicos o que podamos interactuar con nuestro entorno por voz, por poner algunos ejemplos. 

    Quizás dispondremos también de impresoras 3D con las que poder imprimir respiradores o artilugios que el ingenio global desarrolle para que la salud se democratice y todos tengamos acceso a herramientas básicas con las que luchar contra la enfermedad o que nos ofrezcan una vida más amable. 

    Dado que muchos expertos coinciden con que este tipo de pandemias podrían ser comunes en las próximas décadas, es evidente que la infraestructura digital se debe convertir en una prioridad en las agendas de los gobiernos y empresas. 

    En el pasado, el impacto de la Revolución Industrial sobre la ciudad y la arquitectura fue tan grande que alteró profundamente la visión que de ella se tenía.  La revolución digital que hemos vivido en los últimos años, unido a un fenómeno tan extremo y global como una pandemia, también alterará los espacios donde vivimos y trabajamos por lo que deberemos estar muy atentos para entender cómo nos afectará como personas y organizaciones. 

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    ¿Qué son los Gemelos Digitales? ¿Cómo pueden ayudarnos a planificar escenarios futuros de contingencia?

    Este artículo apareció en Leequid “Gemelos digitales para tiempos distópicos

    ¿Qué? ¿El fin del mundo? Bueno, puede que título del artículo sea ligeramente alarmante, pero en Recúbica trabajamos mucho con “what if’s” y escenarios distópicos enmarcados en un mundo VUCA (Volátil, Incierto, Complejo y Ambiguo) donde la tecnología cobra especial importancia, así que nos ha parecido oportuno llamar vuestra atención con un concepto “contagioso”, meternos en un lío y probar a solucionarlo.

    En el presente artículo vamos a intentar arrojar un poco de luz sobre qué son los Gemelos Digitales y cómo se podría aplicar esta tecnología en el contexto del coronavirus, actualmente designado como COVID-19 por Organización Mundial de la Salud (OMS).

    ¿Qué son los Gemelos Digitales?

    Los Gemelos digitales (GD) o Digital Twins (DT) son una tecnología que crea una representación digital de un activo real (producto físico, sistema o servicio), es decir, son una réplica digital exacta de algo que existe en el mundo “real”. Esta tecnología nos permite descubrir, a través de una simulación por ordenador, formas para mejorar nuestras operaciones, diseños y probar productos antes de invertir en ellos, evitando, además, posibles disrupciones en la cadena de suministro. Esto se traduce en una mayor eficiencia a través de la exploración de escenarios hipotéticos.

    La idea con la que nos gustaría que os quedaréis es que, en este entorno virtual, somos capaces de “experimentar el futuro” y aplicarlo hoy en un entorno real. Los GD nos permiten desarrollar y probar un activo de manera más rápida y económica de lo que es posible en la vida real.

    ¿Cómo puede esta tecnología ayudar a la lucha contra el Coronavirus?

    La OMS y el Gobierno chino han adoptado desde el principio medidas relacionadas con el “big data y analytics” en su estrategia para afrontar esta situación. Los datos obtenidos de estas técnicas se pueden utilizar par elaborar simulaciones muy fiables. En este sentido creemos que los GD pueden ayudar en varios aspectos. Primero, midiendo y prediciendo su expansión; segundo, controlando la infección y tercero, curando a los pacientes.

    ¿Cómo predecir su expansión?

    Se construyeron modelos predictivos a partir de datos históricos sobre los patrones de movimiento de las personas, de datos reales sobre la habilidad del COVID-19 de transmitirse de persona a persona y haciendo suposiciones sobre factores relativos desconocidos. El modelo se va a actualizando a medida que se le nutre con nueva información, conecta los datos en relación con la información que le pedimos y hace predicciones.

    En los últimos años han surgido varias start-ups que, mediante el uso de Inteligencia Artificial (IA) han desarrollado sistemas que navegan por los datos para mapear y prevenir enfermedades. Tal es el caso de BlueDot que predijo la pandemia del SARS y que alertó sobre un posible brote de coronavirus en diciembre de 2019.

    Estas tecnologías, además de ahorrar tiempo y recursos, dotan a los profesionales con información relevante para saber dónde han de invertir esfuerzos, cómo gestionar los servicios sanitarios, qué rutas controlar en los aeropuertos, qué eventos cancelar, etc.

    ¿Cómo controlar la infección?

    El control de la infección a través de los GD se puede aplicar a un mejor uso de los hospitales mediante la predicción de escenarios específicos que ayuden a la organización del flujo de enfermos, pacientes, profesionales de la salud y visitantes, así como a la evaluación del impacto de diferentes diseños y modelos de alas específicas para el tratamiento de pacientes o de áreas de espera. Se podría, asimismo, realizar pruebas de estrés operacional en un departamento concreto o en todo el hospital.

    En este caso podríamos simular, por ejemplo, cómo afectaría el aumento masivo de llegada de pacientes para saber cómo optimizar recursos (personal sanitario y materiales), configurar escenarios viables en un entorno que cambia a un ritmo vertiginoso y ayudar a tomar decisiones más inteligentes.

    ¿Cómo se podría curar a los pacientes a través de esta tecnología?

    Los Gemelos Digitales nos permiten crear avatares (modelos de alta resolución de pacientes individuales) sobre los cuales poder aplicar miles de medicamentos para encontrar el óptimo sin que el paciente corra peligro.

    Para ello necesitamos grandes cantidades de información que se puede obtener a través de dispositivos digitales portátiles, dispositivos electrónicos, imágenes y registros médicos electrónicos

    Sin embargo, esta tecnología no trata solo de administrar y analizar datos. Es un enfoque transformador para crear una arquitectura de computación compleja que conecta diferentes partes de un sistema completo, ya sea un paciente individual y los sistemas de su cuerpo, o los sistemas de atención dentro del ecosistema de atención médica. El objetivo es extraer ideas procesables que permitan una mejor toma de decisiones y, en última instancia, mejores resultados para los pacientes.

    Conclusión:

    Los Gemelos Digitales son una solución práctica y escalable para problemas específicos pero que van a requerir también el impulso de iniciativas nacionales. Según el último informe “España Nación Digital: Una visión del estado de la digitalización en España” redactado por La Asociación Española de la Economía Digital (Adigital), “en el contexto actual, la única manera de mantener ventajas competitivas y ascender en las cadenas de valor globales recae en la capacidad de diseñar y desarrollar productos y procesos innovadores, siendo condición necesaria para ello contar con un entorno propicio, con una fuerte involucración tanto del sector público como privado”.

    Los Gemelos Digitales estaban valorados en 3.8 mil millones de dólares en 2019 y se espera que alcance un valor global de 35.8 mil millones de dólares en 2025. En este sentido, Gartner predice que para 2021 la mitad de todas las grandes empresas usarán esta tecnología en algún grado y que ello mejorará su efectividad en un 10% aproximadamente. Desde un punto de vista productivo y económico, cualquier empresa que entienda los beneficios de los GD, debería estar ya estudiando cómo integrarlo dentro de sus procesos.

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    Un nuevo contrato de consultoría

    Una de las cuestiones que más hemos debatido estos meses en Recúbica\ ha sido cómo queríamos denominar lo que íbamos a hacer: agencia, estudio, consultora o boutique. La decisión no es baladí, pues la naturaleza de la empresa, representada por la denominación, sitúa en la cabeza de las personas un tipo de servicio y de cultura concreto, que condiciona las expectativas respecto al tipo de trabajo y su valor aportado.

    Lo cierto es que desde hace algunos años he ido detectando un creciente rechazo a la palabra “consultoría”, incluso en las empresas más grandes, que en teoría son el cliente natural de este sector. No quiero entrar en un análisis exhaustivo de las razones por las que creo que hemos llegado a esto, pero voy a intentar resumirlas de manera simplificada: la consultoría ha dejado de aportar valor relevante a las organizaciones.

    En otro momento comentaré la importancia que tiene en Recúbica\ la palabra “relevante”, pero creo que es bastante adecuado cuestionar el valor real que la consultoría tiene para las organizaciones actuales, que han evolucionado y madurado, y cubren internamente mucho del conocimiento que antes se pedía a colaboradores externos.

    Esto tiene una implicación directa clave: el “entregable” del consultor ha cambiado, pues ya no se espera recibir una solución, sino una facilitación para que el cliente pueda encontrarla e incorporarla en su organización, a través de la definición de las preguntas adecuadas y la cocreación de soluciones. Es evidente que en este modelo el valor aportado al cliente debe ser diferente y se medirá también de forma diferente. Esto incluye por supuesto una redefinición del caso económico de los proyectos, tanto en el precio como en los indicadores de éxito.

    En los años 80 y 90 el objetivo en las organizaciones era normalizar e identificar las mejores prácticas de su sector, para incorporarlas y obligarse a seguirlas. Esto llevo a la definición de procesos estándar en las áreas más importantes de las empresas: la actividad en la gestión financiera, compras, recursos humanos o ventas era definida a través de tareas y roles normalizados. Cada sector tenía además sus propios procesos, marcados por las leyes y por las mejores prácticas: banca, seguros, sanidad, viajes e incluso el nuevo sector de telecomunicaciones veían como todas las organizaciones convergían hacia estructuras y dinámicas similares. La eficiencia y la predictibilidad eran el objetivo final.

    En la época actual la predictibilidad es una utopía irrealizable. Ya no es fácil predecir nada con certeza más allá de unos meses, por lo que el análisis de los posibles futuros que se nos presentan adquiere mayor importancia aún de la que ya tenía en las organizaciones. Estas no pueden desentenderse de cómo evolucionará su contexto en un futuro más lejano que el que recogen los tradicionales planes estratégicos a dos o tres años. Hay que lanzar la mirada más allá de lo conocido (2–3 años vista) para poder identificar tendencias y oportunidades con las que ir creando el futuro de las organizaciones.

    En cuanto al objetivo de la eficiencia, en las organizaciones actuales este factor no es suficiente para garantizar su sostenibilidad futura. No sólo la económica, pues esta dependerá también de elementos tales como la calidad de la relación con los clientes, la felicidad del empleado, su relación con el medioambiente y la sociedad, y multitud de factores sobre los que muchas veces no se tendrá control. Trabajar en estos ámbitos nos saca fuera de las “normas ISO” y nos mete de lleno en procesos creativos, experiencia de usuario, diseño de servicios, etc.

    Una de las implicaciones que tiene todo lo anterior es la manera de generar el valor proporcionado al cliente. Debemos asumir que ya no dependerá sólo de nuestros servicios, sino que deberemos incorporar conocimiento y valor del ecosistema: startups especializadas con productos disruptivos, estudios especializados en sectores o habilidades concretas, proveedores de datos, organismos públicos, etc. Las empresas deben ser capaces por tanto de colaborar entre sí y hacerlo no sólo de forma eficiente, sino sobre todo generando un valor imposible de generar por separado. Los proveedores son muchas veces socios. Esto no sólo no le debe ser ajeno al sector de la consultoría sino que en su caso la necesidad es más acuciante si cabe. Las consultoras actuales deben ser capaces de cooperar en proyectos con otras empresas diferentes a ellas, y generar valor para sus clientes.

    No podemos olvidar, por fin, la transparencia y la honestidad. En muchas ocasiones en las que no se ha justificado adecuadamente el trabajo del consultor, se ha recurrido a explicaciones y modelos poco transparentes. Sin embargo los clientes (en muchas ocasiones ex-consultores a su vez) conocen suficientemente bien el sistema como para cuestionarlo y exigirle cada vez más.

    Todo lo anterior requiere un nuevo contrato de consultoría, en el que las expectativas y exigencias de todos se revisen y se definan nuevos sistemas de valoración, evaluación y trabajo. Como consecuencia de esto, el propio modelo de negocio de la consultoría está en revisión y no puede desligarse de los esfuerzos que le estamos pidiendo a las organizaciones: más ligeras, más centradas en el cliente, más ágiles.

    En Recúbica\ abogamos por un nuevo contrato, más transparente y ligero, más cerca de la realidad de cada organización, pero que incorpore una nueva visión del negocio y de su estrategia. Necesitamos aplicarnos a nosotros mismos las metodologías y transformación que le estamos pidiendo a nuestros clientes. Y ahora es el momento de hacerlo.

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    Nacimiento de Recúbica\

    Cuando se monta una empresa (algo que he hecho varias veces a lo largo de los últimos 20 años), siempre resulta difícil decir cuál es la fecha real de alumbramiento. Solemos usar la fecha de constitución legal para celebrar los aniversarios, pero lo cierto es que lo habitual es que ése sea sólo un hito más en un proceso que se remonta a meses (e incluso años) anteriores a él.

    Hoy inauguro este espacio para hablaros de Recúbica\, la nueva empresa que he creado, junto a Marcos Morales y César Covarrubias, y en la que hemos estado trabajando en los últimos meses.

    Su constitución legal fue hace sólo unas semanas, pero Recúbica\ es a la vez una empresa recién nacida y una organización muy sabia. Hemos querido sumar nuestros más de 60 años de experiencia conjunta, para replantearnos la manera en la que se piensa la estrategia de las organizaciones.

    Nuestra visión parte de la idea de que la consultoría actual no está siendo capaz de responder a los retos que tienen ante sí las organizaciones: un mundo líquido, con ciclos más cortos y una realidad que ya no es capaz de diferenciar entre lo digital y lo físico. Una sociedad de varias velocidades, en la que visualizar los posibles futuros que nos esperan se hace indispensable para diseñar estrategias relevantes.

    Precisamente la palabra “relevante” ha sido uno de los elementos clave en la visión de Recúbica\: creemos que se necesitan estrategias relevantes para el negocio, para las organizaciones y sus empleados y para la sociedad, no sólo de ahora, sino sobre todo del futuro.

    Necesitamos estrategias relevantes que se adapten a organizaciones que estamos haciendo cada vez más ágiles, pues de nada vale cambiar las metodologías operativas si no se cambia la manera en la que se plantea la estrategia.

    Necesitamos estrategias relevantes que sean capaces de cambiar las culturas e introduzcan la innovación en el ADN de toda la organización, que tengan un impacto real en la transformación de las empresas.

    Necesitamos reinventar el concepto de valor aportado por las consultoras a sus clientes, haciendo que la transparencia y la relevancia sean pilares básicos de nuestro trabajo.

    Necesitamos reinventar la manera en la que las organizaciones, desde las más pequeñas hasta las más grandes, se relacionan entre sí, pues sólo juntas serán capaces de enfrentarse a sus retos futuros.

    Necesitamos reinventar la manera en la que las organizaciones se relacionan con la sociedad y con las personas, pues su sostenibilidad dependerá de que esas relaciones sean honestas y conscientes.

    Necesitamos, en definitiva, estrategias que nos ayuden a recorrer el camino hacia futuros más relevantes y sostenibles.

    Con Recúbica\ queremos cubrir este hueco, para poder ayudar de esa manera a nuestros clientes a definir sus estrategias, tanto la de negocio, como las de nuevos productos o servicios, la de sus canales digitales y, por supuesto, su estrategia de innovación.

    Sirva por tanto esta introducción también como invitación a compartir ideas y explorar nuevos terrenos. Este es un post emocional, que no formal, de presentación de Recúbica\. Pero en breve comenzaremos a compartir de manera más organizada nuestra visión y nuestra metodología, pues creemos firmemente que reinventarnos es cosa de todos, y el camino que tenemos por delante lo escribiremos juntos.

    De momento iremos arrancando poco a poco por diferentes canales: ahora nuestra web es tan sólo una landing, y nuestras redes sociales aún están vacías (LinkedInTwitterFacebook e Instagram), pero pronto empezaréis a leernos y a conocernos mejor. El que tenga mucha prisa por saber más, puede contactarnos directamente, y estaremos felices de contarle en detalle lo que hacemos.

    Aprovecho para agradecer de corazón la ayuda de todas las personas que directa o indirectamente han hecho posible que llegue este día.

    Nos vemos en el camino.